20. los chilenoides
11401: hipótesis sobre una casa
Leé primero:
“Nos dijeron cuando chicos
jueguen a estudiar
los hombres son hermanos
y juntos deben trabajar.
(…)
Y no fue tan verdad, porque esos juegos, al final
Terminaron para otros con laureles y futuros
Y dejaron a mis amigos pateando piedras”
-Los Prisioneros, 1986
En 1977, en una cena para celebrar el Premio Nacional de Cultura que le dieron ese año, Joaquín Gutiérrez dio un discurso sobre la relación entre Costa Rica y Chile. 1
“En 1897 partieron a Chile los primeros ticos becados por el Gobierno Chileno, a estudiar pedagogía de distintas disciplinas científicas y humanísticas: entre ellos don José Fidel Tristán, don Roberto Brenes Mesén, don Elías Leiva, don Juan Dávila, todos sobresalientes, y todos, a su regreso, profesores del Liceo de Costa Rica. Y, con ellos nació el grupo de los pedagogos aquí llamados los “chilenoides”
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Chilenoides.
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En el 2002 Televisión Nacional de Chile empieza a transmitir ‘Rojo, Fama Contrafama’, un reality de cantantes y bailarines semi chingos.
Lo vi durante 5 años con mi mamá. Así aprendí a decir ‘cachai, po’.
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“Un segundo grupo de becarios -futuros chilenoides- incluyó a don Joaquín García Monge, la más grande figura intelectual de toda nuestra historia, quien fue -¡qué hermosa coincidencia!- compañero de curso y de banco, en el Instituto Pedagógico de Santiago, de quien fuera, decenios después, Presidente de la República de Chile: don Pedro Aguirre Cerda, cuya divisa como gobernante fue: “Gobernar es Educar”.
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En el Mundial del 2014 Chile le ganó a España, 2 a 0. Ese día yo tenía clases de Crítica Literaria con la Pati Espinosa, una importante crítica y pensadora de la filosofía y estética chilena.
No fui a clases.
En Plaza Baquedano2 vimos como incendiaban los buses en la celebración y compramos una bandera chilena mientras gritábamos ¡Viva Chile Mierda!.
Esa noche vomité vino.
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“Pues bien, esa fecunda influencia se extendió y ramificó. En el último medio siglo veintenas de estudiantes ticos se graduaron en universidades chilenas, en las más diversas disciplinas. En 1934 llegaron de regreso de Chile don Carlos Monge Alfaro y don Isaac Felipe Azofeifa. Tengo el privilegio de contarme entre la primera hornada de bachilleres que gozó y se embebió con sus enseñanzas y aún recuerdo vívidamente la abismal diferencia que significó la historia viva que nos enseñó don Carlos (…) Y otro tanto puedo afirmar de la manera jugosa, moderna y enriquecedora de enseñarnos literatura que tenía don Isaac Felipe”.
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En 1922 al presidente chileno Arturo Alessandri Palma lo invitan a unos tragos sus amigos. Llega, ve el estrecho túnel de entrada de la cantina de mala muerte a la que lo llevaron. Se sienta en los taburetes de madera, probablemente esterilizados con chicha y vino. Ve a sus amigos desconcertado y exclama: “¿A esta piojera me han traído?”
A La Piojera me llevaron una semana después de haber llegado a Chile.
Aprendí que no puedo tomar más de tres terremotos sin declararle mi amor a alguien.
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“¿Qué escribirán entonces los futuros historiadores de nuestra cultura de este nuevo aporte fecundo de ‘chilenoides’?” ¿Cuántos estudiantes van a recordar -como recuerdo yo ahora a don Joaquín, a don Emel, a don Carlos, a don Isaac y a tantos otros- a los profesores chilenos que llegaron a enseñar en nuestras aulas en esta década? ¿Y cuántos recordarán cuánto disfrutaron con el trabajo creador de teatristas, pintores, coreógrafos o músicos?”
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La primera vez que fui a comprar comida a un súper chileno empezó a sonar Kudai.
“Ya llegué a Chile”, pensé, y escogí la mejor palta que pude encontrar.
Sin despertar ni bajar de esta estrella fugaz.
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En diciembre del 2014 me gradué de la Universidad de Chile, con una especialización en “Periodismo Cultural, Crítica y Edición de Libros”. Fui la mejor de mi clase. La única costarricense.
Una chilenoida, papá.
No tengo palabras para agradecerle a Daniel González Muniz por prestarme su voz profesional para darle vida a un Joaquín Gutiérrez achilenado y solemne, que es como yo me lo imagino. Dani es artista visual, actor y director de cine. Pero sobre todas las cosas, es una increíble persona de la que me siento muy honrada de conocer y compartir a distancia con él.
También, me fui a la mierda con esto de la edición en audio. Había olvidado que en una época de mi vida yo amaba hacer radio. Amaba también editar los podcasts que tuve. Y ahora de repente, me importa más cómo va a sonar que cómo se va a leer. Lo estoy dejando fluir. Veremos hacia dónde va.
Seguí leyendo:
“Discurso de J.G. en respuesta a las palabras de Carmen Naranjo”. Obras Completas. Joaquín Gutiérrez. Página 239.
Es la Fuente de la Hispanidad de los chilenos. Oe oe oe.
Me revolviste tanta memoria chilenoide...